El agua en El Molar

Muy pocas veces o ninguna nos paramos a pensar en lo que se ha tenido que hacer para que nuestros grifos presionándolos ligeramente manen agua, y mucho menos que en los Archivos se guarda documentación sobre como acaecieron los hechos, sobre cómo se luchó para que hoy en día todos los municipios españoles cuenten con agua corriente, un bien básico para el bienestar de los ciudadanos. Desde el Ayuntamiento de El Molar durante más de cincuenta años, varios Alcaldes, Secretarios, etc…aunaron esfuerzos y se constata mediante documentos conservados en el Archivo Municipal el gran interés que se despertó para que este bien tan preciado llegara en unas condiciones saludables a este municipio.

En las siguientes líneas se sucederán una serie de expedientes que tratan este tema:

17 de agosto de 1899: El Alcalde Don Ramón París de Lama, al objeto de tratar la forma y modo de ver la manera de traer agua potable a la población, pues era tan escasa la que existía que llegaban momentos en que su carencia era tal que había vecinos que tenían que utilizar la de los pozos con exposición de la salud pública. El Doctor Pinilla hablaba de la necesidad de traer agua a la Villa, se ven los planos y presupuestos presentados por el Ingeniero Señor Ruiz de Quevedo.

Se forma una Comisión de Aguas en 1899 y se nombra entre otros como miembros a  Rufino de la Morena, Martín de la Morena , Salustiano Mateos, Juan Fernández Gómez Ruperto Muñoa. Se pretende traer las aguas desde el Prado Palomar y se realizan expropiaciones y renuncia a las fincas y a las indemnizaciones por el bien de la Villa. A continuación como se relata en el expediente:

 “ Pliego de condiciones formado para llevar a efecto las obras de la traída de aguas a la población: Con el fin de llevar a efecto las obras proyectadas de traída de aguas a esta población, se celebrará una subasta pública que tendrá efecto el día 17 del mes actual de diez a once de su mañana en la casa capitular de esta Villa bajo la presidencia del señor Alcalde e individuos de la Junta designada para tal fin, los de la sociedad de pastos y el Ayuntamiento, sirviendo de base para la ejecución de todas las obras la cantidad de cuatro mil trescientas treinta y seis peseta, admitiéndose posturas en pliegos cerrados hasta tres horas antes del acto de dicha subasta cuyos pliegos serán abiertos por el presidente de la Junta y se adjudicará la repetida subasta al postor que reuniendo mejores condiciones y ofreciendo sobre todo la garantía necesaria a fin de poder responder de la obra para lo cual se establecen las siguientes condiciones”

A continuación se citan una serie de condiciones entre las que destacan:

 Las obras se llevarán a cabo en el plazo de dos meses debiendo hacerse con todo el esmero y buenas reglas del arte de construcción y luego se dan una serie de indicaciones técnicas de cómo debe hacerse la obra.

En 1930 ” El Secretario de aquel entonces Don Bonifacio Casas Pastrana certifico que el señor Alcalde Don Cleofás Fernández Espinosa  manifestó que el objeto de la reunión como se decía en la convocatoria era solicitar la subvención del Estado para abastecimiento de aguas potables de este pueblo en consonancia con el Real Decreto de 9 de junio de 1925, puesto que, en la actualidad esta Villa carece de agua potable suficiente para los más indispensables usos del vecindario y es sensible que este pueblo tenga una cesión perpetua de agua , tan excelente como la suministrada por el Canal de Isabel II, procedente del río Lozoya, en cantidad de mil hectolitros diario.”

El 8 de diciembre de 1931 en el Boletín Oficial de la Provincia de Madrid en el apartado de Gobierno Civil en la nota extracto del mismo se dice: “El proyecto de abastecimiento de agua a El Molar tiene por objeto el suministro de agua potable a dicho pueblo y comprende los siguientes elementos: Captación o toma de agua, conducción por elevación, depósito regulador y tubería de suministro. La toma de agua se hará del Canal del Lozoya, en el acueducto sobre el arroyo de la Fuente del Toro y en el margen derecha del mismo por medio de una tubería de hierro fundido de seis centímetros de diámetro del muro de dicho acueducto, a una altura sobre su solera de veinte centímetros. Esta tubería va a parar a un depósito colector de 25 metros cúbicos de capacidad y que se comunica con un pozo donde se aloja la tubería de aspiración. La bomba con su motor y aparatos accesorios van instalados en una caseta de seis metros de longitud por cuatro metros de anchura adosada al depósito colector quedando el pozo de toma en sus interior y de la cual parte la tubería de impulsión que al salir pasa por una arqueta donde va alojado un contador para medir la cantidad de agua que se tome del referido canal. El trazado de esta tubería está formado por diez alineaciones rectas y será de hierro fundido de un diámetro interior de ocho centímetros y estará enterrada en toda su longitud a la profundidad media de un metro. El depósito regulador que se sitúa en la meseta del cerro de “La Corneja” afectará planta rectangular de ocho metros de longitud por cinco de anchura y tendrá una capacidad de cien metros cúbicos. La tubería de suministro partirá del depósito regulador, penetrando en el pueblo hasta la plaza del Palacio, donde el Ayuntamiento piensa establecer la fuente pública. El trazado está formado por quince alineaciones rectas y la tubería será de fundición con un diámetro interior de seis centímetros, estando enterrada como la de impulsión a la profundidad media de un metro. No se proponen tarifas para el consumo de agua. Todos los terrenos ocupados por estas obras pertenecen al término municipal de El Molar.”

El 15 de noviembre de 1930 existe una Real Orden de Concesión por el Canal de 100.000 litros de agua por día,  puesto que, según certificación extendida por el Secretario la población era de 1827 habitantes cifra que aumentada en un 10% supone un caudal de unos 100,5 litros por habitante y día, resultando que el agua para este abastecimientos era suficiente.

A raíz de todo esto en 1933 y años posteriores los análisis completos de aguas de las fuentes públicas eran potables salvo la de los lavaderos.

En 1945 se conserva en el Archivo un documento curioso del cual su transcripción dice lo siguiente:  “ La Abuela, La Fuente Vieja a la que el pueblo se debe.- Esta Fuente es la primitiva de agua potable y buen de manantial permanente y profundo, por su frescura en el verano. En el Estío del año 1909 siendo Alcalde Martín de la Morena González se quiso buscar el nacimiento de las aguas y por temor a desviarlas y teniendo en cuenta su corriente normal de toda la vida se desistió de tal propósito pero creyendo que del lado del Camino de las Arcas daría agua se hizo un pozo que dio poca agua el cual por mina subterránea se une a la segunda arqueta. Yo, como Alguacil llevo cuarenta y dos años presenciando la limpieza de las arquetas en la segunda y tercera existe una zarza cuyas profundas raíces como obras de hilo se introducen en ellas y la corriente las lleva a la tubería formándose una soga que la tapona por eso cada dos años hay que limpiar estas dos arquetas las otras no precisan limpieza tan a menudo. Con motivo de la traída de aguas del canal nos olvidamos de la Abuelita llevamos unos años sin atenderla pero éste de 1945 de la pertinaz sequía, recurrimos a ella, limpiamos la Fuente, Depósito y todas las arquetas. Ella sin rencor y generosa como siempre nos responde con su permanente caudal, aconsejándonos lo ahorremos y no la olvidemos. Morena (Alguacil de la época).”

Este es un tema que preocupó a las autoridades de El Molar durante finales del XIX y principios  del siglo XX, se resolvió a mediados del siglo XX cuando por fin los molareños pudieron disfrutar de agua corriente aquí en su pueblo y como consta documentado se puede demostrar, narrar y dar detalles.

Una vez más, la diversidad de expedientes conservados en el Archivo municipal fundamenta la riqueza de patrimonio documental de El Molar.

Cristina Cabornero Herrero / Archivera Municipal de El Molar